Un punto en común. Laura Ledesma.


La clase del día 27 de septiembre sigue resonando en mí. Estábamos en Fundamentos y Didáctica de la Historia, parecía una clase normal, estábamos realizando una actividad en grupo la cual consistía en anotar ideas que nos sugiriesen el aprendizaje de la Historia. Todo cambió cuando me fijé en la palabra progreso.

La historia y la educación son conceptos cuyo principal objetivo de cierta manera u otra debería ser el progreso. Conforme la RAE, este se define como la acción de ir hacia adelante o avance, adelanto y perfeccionamiento.

El problema que encuentro es el siguiente: ¿Por qué no lo vemos reflejado? En años anteriores, no muy lejanos al actual, en numerosas ocasiones por diferencias en cuestiones políticas ha dado lugar a sobrepasar unos límites que han acabado en guerras, en las cuales personas han fallecido solo por tener pensamientos e ideas diferentes. Si remontamos a miles de años atrás, estas diferencias seguro también tendrían lugar. Sin embargo, conocemos gracias a la historia, que sociedades anteriores como en la Prehistoria, remaban hacia un punto común: trabajar para avanzar y evolucionar, es decir, progresar. ¿Cómo se consigue esto? A través de la educación, una  herramienta muy poderosa y con gran valor. 

Como docentes, no hemos de trabajar y desarrollar en nuestro alumnado únicamente la capacidad intelectual, si no hacer verdadero hincapié en la capacidad moral y afectiva, enseñar a ser empáticos. De este modo, y trabajando desde una postura interdisciplinar mediante la cooperación, ya estaríamos progresando, pues hacerlo de forma conjunta, aportando actividades y soluciones desde diferentes puntos de vista sin llegar a enfrentamientos, sería algo nuevo y próspero para la sociedad en la que nos encontramos actualmente. Considero que las diferencias y dificultades están para hacernos crecer y progresar, no retroceder. Ejemplo de esto, lo encontramos en el año 2020 durante la cuarentena, dejamos todo atrás y solo teníamos un objetivo: estar juntos y disfrutar unos con otros, aprendimos a valorar el tiempo y a las personas.

No obstante, esto no acaba aquí, pues una vez salimos de ello parece que se olvida, pues actualmente, en pleno siglo XXI estamos viviendo una situación de guerra en Ucrania. No debemos dar un paso hacia delante y retroceder cinco. La historia y la educación están para ayudarnos a recordar y saber qué es lo que queremos y qué no. Por ello, invito a reflexionar en lo siguiente: ¿Paramos un momento, reflexionamos y progresamos juntos hacia un punto en común?

Laura Ledesma

Comentarios

Publicar un comentario